Los implantes dentales son unas raíces artificiales que se colocan en el hueso mandibular o maxilar, creando una base sólida sobre la que se pueden efectuar tanto restauraciones de dientes individuales, como prótesis parciales o totales, funcionando exactamente igual que nuestros dientes, permitiéndonos masticar, sonreír y hablar como con nuestros propios dientes.
Pese a ser muchos los materiales que se han utilizado a lo largo de la historia de la odontología y de la medicina, en la actualidad sólo el titanio se considera totalmente satisfactorio debido a su gran resistencia mecánica, biocompatibilidad con el organismo humano y su oseointegración con el tejido óseo (soldadura biológica entre el hueso y el titanio). Además, es el material que mejor responde con el paso de los años.
Aunque la edad no es un factor determinante, no es recomendable en menores de 18, hasta que el crecimiento de los maxilares se haya completado. Los pacientes edéntulos de edades avanzadas son los que más van a apreciar las ventajas de la implantología.
Otro factor a tener en cuenta será la cantidad y calidad de su hueso maxilar.
Aunque no muchas, sí existen situaciones especiales.
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Enfermedades sistemáticas graves, leucemia,…
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Pacientes tratados con radioterapia o quimioterapia, hasta la finalización del tratamiento.
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Diabetes no controlada.
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Pacientes psiquiátricos.
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Niños o jóvenes hasta terminar su tratamiento.
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Pacientes con osteoporosis, que tomen o hayan tomado bifosfonatos.
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Embarazos.
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Fumador de 10 – 15 cigarrillos diarios
No lo es. Un tratamiento de implantes exige una pequeña intervención quirúrgica pero las molestias que pueda ocasionar no van a ser más que las producidas por una extracción de muelas.
El tiempo tradicional de oseointegración es de 3 ó 4 meses en la mandíbula y de 4 a 6 meses en el maxilar. Pero si tenemos hueso de buena calidad y buena estabilidad se puede realizar lo que denominamos "carga inmediata", o lo que es lo mismo, que el paciente sale con dientes provisionales.
En manos expertas y por el concepto de oseointegración, el porcentaje de éxito que vemos en nuestras consultas es de 99%.
Si un implante fracasa es posible sustituirlo por otro de mayor diámetro, solventando el problema o utilizando injertos óseos.